Renata, salió de paseo en barca por los canales con un amigo tímido.
Pero allí en medio del agua, se mostró diferente. Ella no se lo podía creer.
Sus manazas trataban de agarrarla, su bocaza buscaba la de ella.
Pero no le gustaba en absoluto, y para que la soltase. No se le ocurrió otra cosa que...
-¡Estoy preñada!
El amigo, se quedó con los ojos saliéndose de sus órbitas.
-Renata, ay Renata, ahora que me lanzo, tú me das una puñalada.
Autora Verónica O.M.
Buen fin de semana...