jueves, 20 de febrero de 2014

DECISIÓN

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Estaba harta de su larguísimo noviazgo...
Al parecer aquello no cambiaría nunca, así que rompió aquella relación con todo el dolor de su corazón.
Él lloró, gritó y pataleó para nada.
Aquella decisión se había madurado a fuerza de años desencantados.
Autora Verónica O.M.

martes, 18 de febrero de 2014

AIMARA


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Los últimos tiempos había estado muy depresiva, hasta que una tarde recibió una llamada de teléfono que la hizo saltar de alegría, al escuchar aquella voz tan bien timbrada.
-Aimara, soy yo ¿como estás?
Verónica O.M.

miércoles, 12 de febrero de 2014

FALSA

Preciosa imagen de internet
                                                      
Merche había ido aquella mañana al hospital, su amiga Lía había sido madre de una preciosa niña.
Aunque quiso disimularlo no lo supo hacer del todo, un buen observador se hubiera dado cuenta que en sus ojos había algo: "pura envidia"
Ella no era madre y jamás lo lograría...
Estuvo un rato allí de pie, no quiso sentarse ni tan siquiera. Deseaba salir de allí a escape pero debía mantener las formas.
Al poco una enfermera entró, y ella aprovechó para despedirse. Lo hizo con un frio beso a Lía. La niña ya dormía en el regazo de su mamá, y la miró con aquel fondo envidioso sonriendo para disimular.
-Qué bonita que es, Lía. Cuanto me alegro por ti. Bueno amiga, me tengo que marchar.
A la enfermera no se le escapó aquel detalle
Parecía mentira que alguien fuese tan falsa.
Verónica O.M.

martes, 11 de febrero de 2014

HELIODORO 8 Y FINAL



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historia escrita por mi

La madre puso el palo a la vista, el fantasma como tratase de asustarla no sabía lo que le esperaba, pero las piernas de la mujer temblaban como un flan. Estaba en la cocina y preparando la cena, cuando detrás de ella escuchó.

- Uhhhhh.

La mujer se volvió deprisa, cogió el palo y lo dejó caer encima de él.

- Ayyyyyyy.

Le había dado de refilón. El fantasma salió huyendo.
-Malditos la madre y el niño. Tendré que emigrar a otra parte.

-¿Mami que ha pasado? -Preguntó Hugo desde la escalera.

-Hijo, no pasa nada.

-Yo creo que si pasa.

-Está bien, si que pasa. He atizado a un fantasma.

-Bien, bien, bien. También lo atizé yo, jaja.

Al rato vieron como el fantasma se marchaba, llevaba un atillo con sus pertenencias.

Madre e hijo ya podrían estar tranquilos. Nadie se explicaba como podían seguir en aquella casa, cuando otros inquilinos debieron salir despavoridos.
FIN
Autora Verónica O.M.
¿OS HA GUSTADO? ESPERO QUE SI...

HELIODORO 7



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historia escrita por mi

La madre de Hugo, había pedido unos días en su trabajo para adecuar la casa convenientemente. Temía al fantasma que había visto de refilón, y con lo dicho por la anciana parecía un flan (también por lo buena que estaba) Su hijo se parecía más a ella de lo qué podía suponer. 
El haber estado casada con un hombre que constantemente la humillaba haciéndola sentir mal, había hecho de ella un ser miedoso y sin ninguna confianza en ella misma.
Pero una que es neutral, la ve de distinta forma. Es luchadora, inteligente, y con un par de lo que hay que tener, para sacar adelante ella sola a su hijo, al que quería como las que somos madres solemos querer (por desgracia tambien hay excepciones)

A eso que Hugo andaba en la planta de arriba.

-Hugo, ¿Dónde está el palo de la escoba? -Preguntó en tono alto.

Salió de su habitación con dicho palo en la mano. -Lo cogí para alcanzar algo del armario.

-¿Qué sería aquello? -Se preguntó, aunque no llegó a pronunciar palabra. Ella lo quería para preparar un buen ataque al fantasma. Hay cosas que sin verse se hacen de la misma forma. ¿Será cosa de los genes?
Autora Verónica O.M.
Continuará (tan solo queda un capítulo)

jueves, 6 de febrero de 2014

HELIODORO 6

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La vieja se despidió no sin antes alertar a la mujer. -Este lugar no es para ustedes, yo ya se lo he advertido.

La mujer le dio las gracias, aunque se le había quedado muy mal sabor. Y si miedo tenía, ¿ahora se le había multiplicado por dos? ¡No, por mucho más! Aunque no lo diría y se lo comería ella sola.
Su hijo nada debía advertir. ¿Qué tipo de madre sería, si era incapaz de cuidar de ellos dos? Eso por lo menos era lo que pensaba.

Cuando cerró la puerta, Hugo preguntó a su madre. -¿Qué quería esa vieja bruja?

-¡Hugo, eso no es forma de hablar de una mujer mayor!

-Mami, seguro que lo pensaste también.

-Es cierto que no es nada agraciada, pero de eso a bruja.

-¿Confiésalo, mami? lo pensaste, lo pensaste, lo pensaste, lo pensaste.

-Está bien, Hugo. Lo pensé pero me arrepentí al momento.

El niño empezó a hacer palmas -¡Bien, lo has confesado!

-Pero solo porque me sonsacaste.

Debido al ruido de las palmas el fantasma Heliodoro se dejó ver unos segundos, el tiempo suficiente para que madre e hijo lo vieran, ninguno dijo nada pero los dos esto fue lo que pensaron.

La madre... -¡Por Dios, un fantasma!

Hugo... -Ya te pillaré, te vas a arrepentir.
Autora Verónica O.M.
Continuará

lunes, 3 de febrero de 2014

HELIODORO 5

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de internet

La madre estaba fregando el suelo cuando el niño bajó a la planta baja.

-No pises, Hugo. Espera, pondré papeles de periódico para que puedas pasar. -La mujer, fue hacia la cocina, en un rincón había un buen montón. No sabía quien los había dejado.
Y puso unos cuantos. El niño pasó por encima de ellos.
-En la cocina tienes el desayuno. Te he preparado un zumo de naranja, y en el armario tienes las galletas.

Hugo se fue a la cocina, tenía hambre...

Una vez secado el suelo, la mujer quitó los papeles y cerró la ventana. Un ventanal de tres hojas muy pesado. Miró a la calle, allí fuera había alguien. Mosqueada abrió la puerta.
-¿Desea algo?

-Nada. -Dijo la vieja, una mujer que no se sabía cuantos años podría tener, de tez arrugadísima como una pasa seca. -Aunque quizás si.

-Perdone señora, no la comprendo.

-Si me deja pasar, se lo explicaré con detalle.

No estaba demasiado segura de lo que debía hacer, pero al verse comprometida la dejó entrar.

La vieja se limpió los pies en la alfombra, la cual era nuevecita, muy seguro que el hombre de la agencia allí la puso.

Hugo salió de la cocina. Vio a su madre con una vieja hablando. La mujer vista por él, era como una bruja salida de algún cuento.

La madre también lo había pensado en un principio, pero se arrepintió al momento de aquel pensamiento. -Usted dirá.

-¿Es su hijo?

-¡Claro! ¿Quien iba a ser si no?

-Es muy pequeño, este no es lugar para él ni para usted.

-¿Porqué, me lo quiere explicar?

-En esta casa, pasan cosas. -Dijo la vieja muy misteriosa

-¿Qué cosas? -Preguntó con un hilo de voz. Percibía como el vello de su cuerpo se le estaba erizando, aunque no lo confesaría bajo ningún concepto. Ella tenía que ser valiente, su hijo dependía totalmente de ella.
Autora Verónica O.M.
Continuará

lunes, 27 de enero de 2014

HELIODORO 4

Precioso gif en movimiento
cuento escrito por mi

A la mañana siguiente...
Hugo recordó lo sucedido la noche anterior. Sabía ya que en la casa habitaba un fantasma, lo iba a tener crudo con él, más le valdría esconderse dónde él no lo supiese.
A su madre nada le iba a decir, era asustadiza, nunca se había percatado de ello hasta que sus padres se separaron, entonces aquel miedo se hizo más que evidente, aunque ella lo tratase de esconder a sus ojos.
Se vistió, y fue al aseo a adecentarse.
El espejo seguía empañado y sucio, parecía como si quien había escrito en él se arrepintiese y lo hubiese borrado.
-Ya te pillaré engendro, sé que has sido tú.
Cogió un trozo de papel higiénico, e intentó limpiarlo. Aunque no lo hizo del todo, el espejo quedó perdido de polvo (del papel)
-Como te resistes. ¡Ahora verás!
Se quitó la camiseta y con ella lo volvió a limpiar.
-La echaré en la cesta de la ropa sucia.
Fue a salir de aquella estancia, cuando se encontró de frente con el susodicho.
Heliodoro al verlo salió corriendo.
Autora Verónica O.M.
Continuará

martes, 14 de enero de 2014

HELIODORO 3


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Se dieron las buenas noches...

Hugo subió antes a su habitación. Su madre, se quedó en el salón ojeando algunas revistas que había comprado. No tenía sueño, así que decidió leer un poco antes de acostarse.

Hugo, ya tenía una idea rondándole en su cabeza pero se acostó. Pero en cuanto su madre durmiese...
Tardó largo rato en oír sus suaves pasos. Ellos se pararon en su habitación, e hizo como si durmiera. 
Depositó un beso en su mejilla izquierda y lo arropó. Y entornó un poco la puerta.

Al cabo de una hora, Hugo se levantó sigilosamente. Su madre ya estaba plácidamente dormida. Ahora era el momento para inspeccionar.
Y así lo hizo...
Miró debajo de la cama, allí no había absolutamente nada. Aunque si pelusas de no se sabía cuanto tiempo. Pensó que su madre iba a tener mucho trabajo.
Abrió el armario, y encontró una sábana mal puesta y arrugada. Empezó a pensar con rapidez. Bien podía ser el disfraz de un fantasma. Llegó a aquella conclusión, al percibir dos agujeros enormes muy bien recortados.

Descalzo bajó sigilosamente hacia la cocina. Buscó un cepillo de barrer y le quitó su correspondiente palo. Subió de nuevo, y entornó la puerta con mucha suavidad.

Puso el palo muy cerca de la cama y en el suelo. Se metió en la cama dispuesto a dormir. A él nada le espantaba (aunque si sorprendía)

Al rato ya dormía. Y entonces...
Heliodoro, se paseó por la habitación vestido con aquella sábana encima. Y no se le ocurrió otra cosa que quererlo asustar con el típico. 
-Uhhhhhhh

Hugo se despertó de inmediato, y con el palo lo atizó con ganas.
-¡Toma, fantasma tonto, cada vez que te me acerques te atizaré, así qué déjame dormir!

Heliodoro no se esperaba aquello.
-¡Niño maleducado y tramposo, a ver si ahora se me va a acabar el chollo!
Autora Verónica O.M.
Continuará


Deseo os saque una sonrisa...

jueves, 2 de enero de 2014

HELIODORO (2)


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-Vamos hijo, me ayudarás a hacer las camas.

El niño asintió. -Subieron la escalera, y se dirigieron primero a la habitación dónde la madre dormiría.
La cama, estaba en el centro de aquellas cuatro paredes y era más bien alta, dos mesitas a ambos lados completaban todo el mobiliario, el armario era empotrado y llegaba hasta el techo tenía puertas correderas.
Hicieron la cama, y una vez hecha contemplaron la habitación.
-No está nada mal. Anda hijo, vamos a hacer la tuya.

Aunque ninguno hizo mención los dos miraron hacia la ventana, dónde anteriormente habían leído aquel nombre en el cristal.
Heliodoro ¿Os acordáis?
Abrieron los ojos como platos, al darse cuenta que misteriosamente había sido borrado.

-Aquí pasa algo muy extraño. -Dijo la madre, no queriendo parecer que estaba asustada.

El niño pensó que más tarde investigaría, pero eso sería cuando su madre durmiese.

Hicieron la cama, esta más pequeña pero alta como la otra.
Debajo de la misma, alguien que quisiese esconderse lo tendría fácil.
Autora Verónica O.M.
Continuará

miércoles, 1 de enero de 2014

REPOSICIÓN DE UNA SIMPÁTICA HISTORIA: HELIODORO



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Capítulo nº 1
La casa había tenido varios inquilinos, todos se habían marchado casi al principio. Algo sucedía que los ahuyentaba.
Los últimos habían llegado aquella mañana. La agencia que la había alquilado, se había encargado  del pintado y limpieza de la misma.
Al ser alquilada con mobiliario, tan solo trajeron sus enseres personales y algunos alimentos. Ellos eran: una madre  con su hijo de ocho años.
Quien les entregó las llaves, pensó que pronto saldrían como todos despavoridos. -Mis mejores deseos, si necesitan cualquier cosa llamenos por teléfono. 

-Gracias, así lo haré.

El hombre subió a su coche, un ruido ensordecedor les hirió los oídos al ponerlo en marcha.

Cuando entraron para la casa, el hombre aún volvió la cabeza.
-Como mucho, tres días les auguro. La casa tiene migas, yo ni una noche aquí dormiría. - Se le erizó el vello de solo imaginarse allí durmiendo.

Un salón enorme en la parte de abajo, la cocina, un aseo y una habitación que hacía las veces de salita. 
Pero quedaba la parte de arriba...
Al ser una enorme casa, la mujer temía que fuese demasiado fría. Hubiera preferido algo mucho más pequeño, aunque el alquiler fuera el mismo. Aquello la asombró bastante aunque nada dijo.
-Aquí viviremos muy bien. ¡Ya verás, hijo!

El niño subió la escalera de caracol para supervisar su habitación, mientras la madre se metía en la cocina para depositar los alimentos en el frigorífico que habían comprado momentos antes en el supermercado del pueblo vecino.

Dio vueltas a la estancia varias veces, y algo llamó su atención.
-¿Qué es esto?

Aquello era un nombre escrito en un cristal de la ventana.

Deletreó: H e l i o d o r o

-¿Quién será Heliodoro? -Se preguntó en voz alta.

-¿Mami ven a ver esto?

-Ya voy, hijo. -Al momento se escucharon sus pisadas subiendo.

-Mira mami, hay un nombre escrito en color rojo y parece sangre.

-No tengas miedo, seguro que es pintura de labios. -La mujer no parecía demasiado convencida de lo decía. -Bajemos a comer algo.

-Vamos. -Contestó el niño, un tanto mosqueado.

Alguien había dentro del armario, y desde una pequeña abertura de las puertas del mismo los contemplaba.
-Estos como todos saldrán huyendo jajaja. 
Autora Verónica O.M.
Continuará