-Mami, este ramo es para ti . Te quiero y no te preocupes porque cuándo sea mayor será lo mismo.
Con disimulo la madre secó una lagrimilla que no pudo evitar y pensó que ojalá aquello fuese verdad.
Ojalá hijo, no estoy, ni estaré nunca preparada para que en eso me falles.
Autora Verónica O.M.
Hola, Verónica: me alegra volver a leerte, saludarte y desearte bienestar.
ResponderEliminarUn microrrelato que deja mucho en que pensar, nada es seguro en la vida.
Un abrazo.
Da penilla, jo ....
ResponderEliminarHola! se ha actualizado esta entrada, hace mucho que no aparece ninguna tuya, es cierto que desde que Blogger cambió esto es un lio. Abrazos
ResponderEliminarUn relato corto pero lleno de sentimiento.Besicos
ResponderEliminarQue bueno leerte!!!
ResponderEliminarBesos
Grato leerte de nuevo. Tu texto, pone en duda un sentimiento que hoy no se da. El olvido de la madre. Un abrazo. Carlos
ResponderEliminarConmueve, querida Vero.
ResponderEliminarA veces los hijos se van alejando de sus padres.
Un abrazo.