viernes, 7 de octubre de 2022

Otros tiempos capítulo 24

 Iba a llamar a la puerta...

Y se percató de que estaba entornada. Entró y la dejó de la misma forma. Y en voz alta llamó:

—Doña Manolita.

Una voz flojita le respondió.

 —Pasa, Anita,

La voz venía cerca de ella y se dirigió donde suponía debía estar. Y no, no se equivocó.

Al entrar en el cuarto, un olor desagradable percibió en su nariz y con la experiencia que poseía como ama de casa, sabía que aquella estancia hacía muchísimo no se ventilaba y al sol se le tenía prohibida la entrada. La gruesa cortina estaba echada y a duras penas se podía ver.

—Doña Manolita encendió la luz. En el lado derecho del  cabezal pendía un cable delgado y una especie de perilla que sólo con pulsarla encendía o apagaba aquella triste iluminación. 

—Usted dirá. 

La mujer iba a decirle... pero un golpe de tos se lo impidió. 

Había un vaso con agua encima de la mesita y se lo acercó. 

Al dejar de toser... le puso el vaso en los labios. Y sorbió un pequeño trago y agradeció. 

—Gracias, Anita. 

Y ya, si, la informó de lo que esperaba de ella... claro está que de interesarle el trabajo y las condiciones. 

Ninguna de ellas se percató que no estaban solas en la casa y estaban escuchando aquella conversación. 

Sigilosamente había bajado la escalera y desde la cocina no perdió detalle al tener también la puerta abierta. 

Se despidieron y ya habían quedado que al día siguiente le daría la respuesta. 

Y marchó. 

Los ojillos del hombre la miraban sin pestañear como se alejaba... 

Verónica O.M. 

Continuará