lunes, 13 de marzo de 2023

Otros tiempos capítulo n°32

 Al día siguiente...

Entraba en casa de doña Manolita y don Federico. 

La puerta estaba entornada y entró. Dirigió sus pasos al cuarto y antes de entrar, llamó con los nudillos.

—Pasa, mujer.

—Buenos días, doña Manolita.

—Buenos días, Anita.

—Ha desayunado? necesita ir al baño?

—No he desayunado, Anita y, necesito ir al baño. Me sabe tan mal... —No acabo la frase y como avergonzada bajó los ojos.

Anita se percató de ello y nada dijo. Se hacía cargo de la situación de aquella mujer y con la prudencia que la caractizaba supo estar en su sitio. 

A la hora más o menos... ya se había metido en el cuarto y allí tenía para rato. 

Desde la cocina, doña Manolita la escuchaba trajinar. Habían decidido de que era el mejor sitio dónde podría esperar a que ella hiciera del cuarto un lugar habitable. La mujer estaba sentada en el silloncito del cuarto y que Anita había llevado hasta la cocina. 

Una gran toquilla por encima de los hombros y una manta le tapaba las piernas. 

Hubiera estado mejor en el salón, pero los escalones se lo habían impedido. 

El salón estaba en la otra planta y, dada su debilidad, Anita, no lo consideró aconsejable. 

Ya había descolgado la gruesa y enorme cortina, era tanto el polvo acumulado en ella... que estaba más que claro de que aquello a doña Manolita no la había beneficiado en nada. 

Decidió sacarla afuera y lo hizo con cuidado y para no extender aquella suciedad por la casa. 

La ropa de cama corrió la misma suerte y la sacó afuera. 

Limpió todo y más. Mientras, la ventana permanecía abierta y purificando aquella estancia.

Tan sólo quedaba hacer la cama y supuso que en el armario encontraría lo que necesitaba. 

Unas sábanas blancas y, seguro que bordadas por doña Manolita y un edredón en tonos suaves fué lo elegido.

Al rato, ya estaba el cuarto como en sus mejores tiempos.

Verónica O.M. 

Continuará 

sábado, 11 de febrero de 2023

Otros tiempos capítulo n°31

  Ya, en su hogar...

Valoraria que trabajos haría diariamente y cuales los fines de semana. 

Calentó agua y la vertió en el barreño de zinc. El agua ardía, añadió fría y se quitó la ropa dispuesta a asearse.

Y no pudo evitar pensar en su niñez y en el sufrimiento que le generó el nuevo marido de su madre.

 Y siempre le ocurría lo mismo al despojarse de las prendas. 

Las manos de aquel degenerado tocándola y el asco que le provocaba cuándo la penetraba sin ella querer y lo más triste sin poder hacer nada para evitarlo.

Su madre no la hubiese creído y es más la hubiera castigado por difamar al que consideraba lo mejor que pudo entrar en sus vidas. 

Ya lavada y seca, fué al cuarto a vestirse.

Y ya limpia... empezó con las tareas que pensaba realizar aquel día. 

Y se propuso no volver a pensar en aquel doloroso tema. 

Lo dejo por hoy. 

Continuará 

Verónica O.M. 

lunes, 16 de enero de 2023

Otros tiempos capítulo n°30

 No podia creer que se pudiese vivir de esa forma tan cochambrosa. La cocina llena de cacharros sucios y tuvo que hacer espacio para poder fregar. Mientras lo hacía y dentro de un barreño estaban en remojo tantos otros y con restos de comida pegados.

No, no lo dijo en voz alta, pero si... pensó que los había guarros. Al tal Federico. le quedaba grande aquel don, inmerecido.

Todavia le quedaba rato enfaenada en la cocina y secándose las manos, volvió al cuarto por si doña Manolita necesitaba cualquier cosa.

—Puedo pasar?

—Claro, mujer. Pasa.

—Necesita algo?

—No, gracias. Anita, siento en el alma que tengas que fregar y limpiar lo que es obligación de mi marido. —Sus ojos brillaron por momentos y en su voz se percibía la desilusión contenida.

—No se preocupe por eso, lo hago de buen grado. Si no me necesita volveré a la cocina.

La mujer la miró al marchar y pensó que no hubiese estado nada mal tener como amiga a Anita. 

Escuchaba el trajín que la mujer se traía en la cocina y con aquel sonido echó una cabezadita. 

Cuándo acabó de fregar volvió de nuevo al cuarto y se la encontró dormida y no quiso despertarla. 

Volvió a la cocina y decidió que con lo que hubiese en la nevera y en la alacena podría preparar la comida. 

Tendría trabajo a lo largo de los días... pero estaba dispuesta a ayudar a aquella mujer que la necesitaba. 

Habían acordado unas horas y aquellas ya habían pasado...

Ya no tendría tiempo para dedicarlo a su hogar y esperaba realizar lo más pesado los fines de semana. 

Autora Verónica O.M. 

Continuará 

martes, 10 de enero de 2023

Otros tiempos capítulo n°29

Volvieron al cuarto y Anita la ayudó a sentarse en la silla y le haría la cama. 

Estiró las sábanas y la colcha, ahuecó la almohada, los grandes cojínes y que la mujer precisaba para que no le doliese el cuerpo de tantas horas, tantos días y tanto tiempo allí postrada.

Doña Manolita la observaba y sus ojos brillaban al hacerlo. Hacia tiempo que no pisaba la calle y que nadie la visitaba. 

Un golpe de tos le sobrevino de nuevo y Anita dejó lo que hacía para atenderla. —Está mejor, doña Manolita?. —Sostuvo el vaso de agua en su mano y hasta que la mujer se calmara. 

Quizás fuese una corazonada o quizás una suposición, pero Anita, ya se estaba haciendo un juicio de valor, y... 

—Creo, que ya sé lo que le sucede, doña Manolita. Puedo hacerle una pregunta? 

—Si, claro que puedes... 

—Desde cuando no se limpia, se ventila, entra el sol, se lava la ropa de cama y la enorme cortina? 

Doña Manolita la miró y bajó los ojos. —Desde hace mucho, Anita. Caí enferma y ya no pude... mi marido no tiene tiempo y él ya no duerme aquí. 

Le dio tanta pena... y pensó que cualquier ser humano puede  vivir una situación insostenible y guardar en el corazón ese dolor.

—El polvo que hay en el cuarto hace que se sienta mal. Estar postrada en la cama la debilita. La falta de ventilación, el sol son necesarios. 

—Y mi aseo personal también, Anita. Lo has omitido, para no ofenderme... 

—No se preocupe, doña Manolita, la ayudaré en todo lo que esté en mi mano. Mañana, me dedicaré a este cuarto y si no me necesita voy a la cocina a fregar... 

—Gracias, Anita, y no me llames con tanta ceremonia. Manolita, mejor. 

Verónica O.M. 

Continuará 

sábado, 7 de enero de 2023

Otros tiempos capítulo n°28

 Anita llegó a la casa y la puerta estaba entornada. No esperaba que nadie saliera a recibirla. Entró y dirigió sus pasos al cuarto que ya conocía. Y antes de entrar llamó con voz suave.

—Doña Manolita, soy yo, Anita.

La mujer la invitó a entrar con un: —Pasa, mujer.

Aquella mañana se sentía mejor y más animada. Y ya no se sentiría tan sola y abandonada. Al casarse con Federico no había hecho buena elección y no había día que no se lamentase, pero claro, a solas y sin abrir la boca y tragándoselo para ella sola.

—Doña Manolita, usted dirá... 

—Ayúdame a incorporarme, asearme y peinarme. Mis cosas están aquí. —Dijo, señalando hacia ellas. Estaban encima de una silla y al lado del enorme cortinón que tapaba la ventana y que no dejaba que entrase ni una pizca de luz matutina. 

Y se componía de una pequeña palangana, una toalla que seguramente fue blanca y había adquirido un tono grisáceo, un pequeño espejo y un cepillo para peinar su mata de pelo dorado como el sol y que no llevaba cuidado, ni bonito. 

Anita se sobrecogió del abandono tan grande que aquella joven mujer sufría en sus carnes y por culpa de un marido irresponsable y que probablemente ni la quería. 

—El agua, la puedes coger de la cocina y que está al fondo. 

Cogió la palangana y hacia allí fué. Se topó con un fregadero lleno de cacharros sin fregar, cosas desperdigadas por la cocina y un suelo que no había sido ni siquiera barrido en meses. Le dieron ganas de salir de allí corriendo... pero cogió el agua y volvió al cuarto. 

Incorporó a la mujer, le lavó la cara y peinó sus cabellos. 

—Necesita algo más? 

—Ir al baño, pero no sé si podré. 

—Yo, la ayudo... 

Anita, la sujetó bien, la mujer tomó confianza y a pequeños pasos lo logró. 

—Gracias, Dios mío.  —Susurró. 

Autora Verónica O.M. 

Continuará

miércoles, 28 de diciembre de 2022

domingo, 4 de diciembre de 2022

Otros tiempos capítulo n°27

 Al parecer, José no andaba por allí, metió la mano por la valla y dejó su comida dentro de la cesta y a un lado. Él la recogería después. No, no se iba a estropear porque la temperatura había bajado mucho. 

Y marchó para la casa de doña Manolita y don Federico dispuesta a realizar el trabajo que se le encomendase. 

Federico, si la vio llegar y se había escondido detrás de la caseta de las herramientas, no perdió detalle de cada uno de los movimientos de ella.

 Aquella hembra lo tenía loco, tan guapa y tan mujer. La imaginó con prendas y calzado lujoso. Bien podría pasar por una reina.

Federico no era consciente de que todo lo que tenía era de Manolita, su mujer. Él solamente sería un pelagatos más y gracias a estar casados le daba el poder de ejercer de patrón y tener unas condiciones de vida que no tenía la mayoría de los que en aquel lugar vivían. 

Ahora una pierna, después la otra y el movimiento del trasero lo puso a mil.

Cerró la puerta del cuarto por si venía José y para que no lo pillase in fraganti.... Vosotr@s sabéis.

Verónica O.M. 

lunes, 28 de noviembre de 2022

Otros tiempos capítulo n°26

 José ya se había marchado, Amigo salió tras él e hicieron un trecho juntos.

—Anda, Amigo, vuelve para casa, que Anita se preocupará por tí. —Le acarició el lomo y el perro se volvió para el hogar.

José, fue pensando en que no le gustaba la decisión tomada por su mujer. En su interior algo le decía de que aquello no iba a funcionar. 

Anita adecentaba la casa y mientras tanto se iba cocinando la comida que le llevaría a su marido más tarde.

Una vez todo preparado salía por la puerta, no sin antes haberse mirado en el espejo y verse aceptable.

Sentía nervios en el estómago y pensó que de no necesitar el dinero que iba a ganar se hubiese quedado en casa y seguro que a José le habría gustado.

Autora Verónica O.M.

Continuará 

lunes, 14 de noviembre de 2022

Otros tiempos capítulo n°25

 Proseguimos...

De vuelta a casa, Anita pensaba de si debía aceptar o no aquel trabajo y responsabilidad. Intuía que a José no le gustaba que ella trabajase y menos de sirvienta. Pero no andaban sobrados de nada y aquel ofrecimiento les ayudaría a vivir un poquito mejor. Y si, aquel planteamiento fué el que determinó que sí , que iba a aceptar.

Cuándo José llegó, él se limitó a darle un ligero beso en los labios y sin articular palabra fué a asearse. Y como no... Amigo fué tras él meneando el rabo y esperando le acariciase el lomo. Y si, así sucedió. 

Anita preparaba la mesa con mimo... los vasos, las servilletas de cuadritos y encima de ellas los cubiertos y en el centro un jarrón con unas flores silvestres. 

—Sabes, José, a doña Manolita le diré que sí . Qué te parece? 

—Tú verás, mujer. Pensaba que tenías mucho trabajo en casa y ya veo que al parecer te sobra tiempo. —Lo dijo por molestarla y viendo la cara que ella puso se arrepintió de inmediato. 

—Lo siento, Anita, lo dije sin mala intención. 

—Está bien, José. Puedo probar y siempre estoy a tiempo de dejarlo. Te parece? 

José, asintió y pensó en lo tonto que era con aquellas ideas anticuadas e inculcadas. 

Si, eran otros tiempos. 

Autora Verónica O.M. 

Continuará

viernes, 7 de octubre de 2022

Otros tiempos capítulo 24

 Iba a llamar a la puerta...

Y se percató de que estaba entornada. Entró y la dejó de la misma forma. Y en voz alta llamó:

—Doña Manolita.

Una voz flojita le respondió.

 —Pasa, Anita,

La voz venía cerca de ella y se dirigió donde suponía debía estar. Y no, no se equivocó.

Al entrar en el cuarto, un olor desagradable percibió en su nariz y con la experiencia que poseía como ama de casa, sabía que aquella estancia hacía muchísimo no se ventilaba y al sol se le tenía prohibida la entrada. La gruesa cortina estaba echada y a duras penas se podía ver.

—Doña Manolita encendió la luz. En el lado derecho del  cabezal pendía un cable delgado y una especie de perilla que sólo con pulsarla encendía o apagaba aquella triste iluminación. 

—Usted dirá. 

La mujer iba a decirle... pero un golpe de tos se lo impidió. 

Había un vaso con agua encima de la mesita y se lo acercó. 

Al dejar de toser... le puso el vaso en los labios. Y sorbió un pequeño trago y agradeció. 

—Gracias, Anita. 

Y ya, si, la informó de lo que esperaba de ella... claro está que de interesarle el trabajo y las condiciones. 

Ninguna de ellas se percató que no estaban solas en la casa y estaban escuchando aquella conversación. 

Sigilosamente había bajado la escalera y desde la cocina no perdió detalle al tener también la puerta abierta. 

Se despidieron y ya habían quedado que al día siguiente le daría la respuesta. 

Y marchó. 

Los ojillos del hombre la miraban sin pestañear como se alejaba... 

Verónica O.M. 

Continuará 

miércoles, 21 de septiembre de 2022

Otros tiempos capítulo n°23

 Proseguimos...

José ya se había marchado a su trabajo,  y no, no llegó a enterarse que gracias a Amigo, Anita no llegó a salir de casa y deambular dormida en la oscuridad de la noche.

Guisó para prepararle la fiambrera  y la dejó enfriar antes de cerrar el recipiente de aluminio. Más tarde y en la cesta de mimbre, pondrá todo lo que su marido comerá a lo largo de la jornada y hasta que regrese casi de noche a casa. 

Dejó todo recogido y salió por la puerta bien entradas las 10. Ahora solo tendrá que comprar el pan. Y así lo hizo... 

No tuvo que llamar a José que estaba atareado con un carretón y transportando leña. 

Ella nada dijo y por extrañas razones él giró la cabeza. 

-Toma José, tu comida. 

La cogió y la llevó al pequeño cuarto y la metió en la vieja nevera. 

—Ahora me llegaré a ver a doña Manolita a ver qué quiere o espera de mí.  –Y diciendo esto se despidió.

Se dirigió hacia la casa y se percató que fuera estaba descuidado y pensó que al caer enferma doña Manolita su marido pasaba de esas cosas. 

Desde una de las ventanas alguien la observaba y no podía ser otro que don Federico. Su ritmo cardíaco se aceleró al verla de cerca y tan bonita. 

Verónica O.M.

viernes, 15 de julio de 2022

Otros tiempos capítulo n°22

 A los pocos minutos el matrimonio dormía. La respiración de José rompía aquel silencio nocturno, su cuerpo cansado, agotado. En pocas horas ya estaría en pie dispuesto para una nueva y agotadora jornada.

El cuarto parecía fantasmal y ellos formaban parte de aquel escenario tan lúgubre. 

Anita se levantó de la cama e hizo la tentativa de salir a la calle y ya tenía detrás a Amigo, el perro. Esta vez no se llevaría una regañina por parte de su padre humano, no, esta vez no. 

Quizá, Anita notara su presencia, la mujer desandó los pasos y volvió a meterse en la cama. Estaba dormida, ida... 

Esta vez, José no llegaría a enterarse de que le había ocurrido nuevamente. 

Amigo volvió a su gran cojín y se echó a dormir, pero un pequeño ruido y saltaría de su mullida camita y no permitiría que su madre humana saliese a la calle en aquellas condiciones. Era perro, si, pero inteligente, agradecido, y, los quería como el que más... 
Verónica O.M. 
Continuará

viernes, 15 de abril de 2022

Otros tiempos capítulo n°21

 Cuando José se sentaba a la mesa, Anita también se disponía a hacerlo.

Cenaron en silencio y Anita que tanto lo conocía intuía que a su marido algo le preocupaba. La miraba de reojo y con el ceño fruncido. Ella no le preguntaría y si quería hablar que lo hiciese.

Mientras... Amigo ya había acabado de comerse el arroz con unos trocitos de pollo y que al pobre perro le supieron a poco. Se acercó a la mesa por si alguno de ellos le ofrecía un pedacito de cualquier cosa y que él siempre agradecía.

Y José ya no pudo seguir guardando silencio.

-Anita, don Federico me ha preguntado si te interesaría cuidar a doña Manolita, limpiar y cocinar para ellos.

Ella lo miró sorprendida y le preguntó. - Y a ti, José, qué te parece que debo hacer?

-Esa decisión es tuya y de nadie más. - Y nada tenía que ver lo que decía con lo que pensaba. 

-No sé, José... antes debería hablar con doña Manolita y que sea ella la que me diga... Te parece bien lo haga así?

Asintió con la cabeza, aunque no era lo que a él le gustase. Su carácter un tanto negativo le hacían ver problemas aún cuándo nunca se llegaran a producir.  Veremos esta vez, si, sí o sí no...

Al rato se fueron a dormir, Amigo en su enorme cojín ya descansaba, su madre humana le había echado por encima una mantita que ella misma le había cosido puntada a puntada.

Y apagaron la luz.

Autora Verónica O.M.

Continuará 

viernes, 8 de abril de 2022

En breve...

En ocasiones debemos desconectar... si queremos seguir conectad@s.

Me gusta estar al cien por cien en lo que escribo y si algo perturba mi tranquilidad...  pues eso, mejor un descanso.

En breve un nuevo capítulo.

Gracias. 

domingo, 6 de marzo de 2022

Otros tiempos capítulo n°20

 Doña Manolita intentó levantarse de la cama y no pudo hacerlo por tener tal debilidad.
Su marido no la atendía como debía. 

Ya saben... si no se quiere a quien se tiene al lado, pues eso, una carga.

La mujer sentía una gran impotencia. Necesitaba a alguien que la atendiese y entendiera y sin llamarle pesada como hacía Federico, su marido. Ese que al hablarle ya ni la miraba.
Cuándo cayó enferma... digamos "supuestamente" más adelante os daréis cuenta porqué os doy ese importante dato. Federico ocupó otra habitación y ella se sintió abandonada, ahí se dió más cuenta que el mayor error que pudo cometer fué casarse con él. Se pasó muchas noches en vela y llorando, no concebía cómo no se dió antes cuenta de que nunca la quiso.

Tuvo pretendientes, algunos, pero Federico fué el único a quien ella prestó atención y se entregó muy enamorada. 

-Federico - llamó y nadie contestó a su llamada. 

Intentó levantarse de nuevo y cayó de la cama. Se arrastró como pudo hasta agotar las pocas fuerzas que tenía. 

Federico que no andaba lejos... imaginó las escena y de forma grotesca, sonrió. 
Después entró en la habitación y chilló cómo un energúmeno. 
-Eres tonta o qué? 
Autora Verónica O.M. 
Continuará 

viernes, 18 de febrero de 2022

Otros tiempos capítulo n°19

 Y bla, bla, bla... durante un buen rato.

A José le apetecía el llegar a casa y no estar hablando con su patrón. O él era tonto... lo veía demasiado interesado en que Anita aceptase aquella proposición.

Se despidieron hasta el día siguiente. 

Y caminando hacia su hogar repasó mentalmente lo propuesto por don Federico y la forma. Y no le gustó.

Abrió la puerta y Amigo estaba tras ella esperándole para reclamar su dosis de atención y muestras de cariño.

Y como no... las recibió con creces.  José le pasó la mano por el lomo y él se dejó acariciar moviendo el rabo de puro contento.

Anita salía de la cocina y se secaba las manos en un trapo y después le besó en los labios.

-Cansado?

 Él contestó moviendo la cabeza. Y fué a asearse. Anita ya le tenía todo dispuesto, el agua caliente, jabón, toalla y la ropa que se pondría después.

Ya le diría... pensó que la dejaría elegir aunque a él no le gustase... 

Autora Verónica O.M. Continuará 


jueves, 17 de febrero de 2022

Otros tiempos capítulo n°18

 Federico pensó que no estaría nada mal quitarse de aquella obligación con su mujer y que hacía mal y de mala gana.

Su mente calenturienta empezó a imaginarse a otra mujer en la casa y que atendiese a Manolita y a él, pero de otra forma.

Las cosas que se hacen mal, mal acaban. 

Al parecer a él ni se le pasaba por la cabeza que pudiera ocurrir algo así. 

En la mente tenía a Anita, que le tenía en un sin vivir desde hacía un tiempo. 
A ella sí la respetaría y hasta se arrodillaría para suplicarle su  amor.

Y aquella idea fué creciendo en su cabeza y antes de que José acabara su jornada se vio diciendo esto:
-José tengo una propuesta que le podría interesar a tu mujer y a tí también. Un dinero extra siempre os vendrá bien...

José lo miró a los ojos y don Federico desvío los suyos y continúo intentando convencerle.
Autora Verónica O.M.
Continuará 

sábado, 5 de febrero de 2022

Otros tiempos capítulo n°17

 Odiaba estar todo el día en la cama y no poder hacer nada.

 Sus frecuentes golpes de tos y falta de aire la tenían en un estado deplorable. Y Federico apenas le prestaba atención y yo que he creado a estos personajes os confesaré un secreto. El hombre que no merece que le llame así... deseaba que un día al despertar se la encontrase que ya hubiese dado su último suspiro y quedar dueño de todo y no tener que soportar a aquella mujer a la que nunca había querido. 

Manolita había estado de él muy enamorada, pero, aquel inocente y bonito amor se fué transformando en una rutina difícil de soportar y más en su caso personal. 

De haber estado  rebosante de vida y en poco tiempo pasó a ser una impedida y se preguntaba el porqué de ello. 
Sospechaba que él tenía toda la culpa de lo que le sucedia...  

Pero a quien podía confesar sus sospechas? 

Parecía un pobre pajarillo enjaulado al que ni por caridad sacaban un ratito al aire y que le diese el sol

Era un mal hombre y no pudo haber elegido peor. 

Os adelanto que su suerte puede cambiar cuando otra persona entre en la casa. Y no os quepa duda que la Manolita débil y decepcionada se puede emponderar. Y aquí acabo por hoy. 
Autora Verónica O.M. 
Continuará 

domingo, 30 de enero de 2022

Otros tiempos capítulo n°16

 Proseguimos con la novela...

 Doña Manolita llevaba un tiempo pensando en contratar a alguna mujer de la aldea para los quehaceres diarios. La pobre mujer no podía hacer nada... al pasarse todo el día postrada en la cama. 
Su marido apenas le prestaba atención y ella sentía una gran impotencia y desilusión.

Antes era todo tan distinto. 

Federico era un jornalero al servicio de su padre y ella se enamoró de él como una colegiala. Era tan guapo y alto. Pensaba que estaba interesado por ella, una chica joven y bonita. La ilusa que era entonces  ni siquiera se le había pasado por la cabeza que lo único que le interesaba era hacerse con todo...  cuándo sus suegros se hubiesen ido a la otra vida.

Los hay canallas... y no, no tuvo que esperar demasiado. 

En menos de cuatro años ya ninguno vivía.
Pero habían dejado hecho el testamento y al estar casados lo heredado, pues eso... pasaba a los dos. 

Y de la noche a la mañana fue viendo en él una transformación que no le gustó. 
Autora Verónica O.M.
Continuará 

domingo, 28 de noviembre de 2021

Otros tiempos capítulo n°15

 Anita estaba atareada con la colada...

Deberia decirle a José que le pusiera más cuerdas para tender. Eran dos y un perro, pero había que ver la cantidad de prendas a lavar... con el agravante de que debía sacar el agua del pozo, lavar, aclarar y tender. Esto último debajo de un techado y sin puertas... para que el aire circulase a su antojo y la ropa se secase más rápido. Cosas de José. 

Después entró en la casa y fué derecha al cuarto para cambiarse de ropa, se había mojado la que llevaba y no quería coger una pulmonía. 

La ventana estaba semi abierta y no hizo intento de cerrarla. Debido a la orientación del cuarto sería muy raro que alguien pasara y pudiese ver algo. 

Pero se equivocaba...

Don Federico la vio como se quitaba cada prenda y se puso cardíaco con lo visualizado y lo que estaba imaginando. 

Os preguntaréis qué hacía por allí? 

Y os diré que lo hacía de forma habitual y desde hacía un tiempo.
Y pensaba que aquella si era la mujer de sus sueños. 
Autora Verónica O.M. 

ESTOS SON LOS PERSONAJES DE HASTA QUE TÚ TE VAYAS

A medida que vayan apareciendo nuevos personajes los iré agregando para que la novela sea mucho más fácil de leer.
José: marido de Anita
Anita: mujer de José
Amigo: perro de ambos
María: curandera querida por todos
Juan: panadero, hombre muy afable
Don Federico: patrón de José y marido de Doña Manolita
Doña Manolita: mujer de Don Federico. Está enferma.
Paco: vecino de José y Anita
Eulalia: mujer de Paco
Linda: perrita de Paco y Eulalia

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