Hasta después de Fiestas. Gracias a quienes pacientemente siguen esta novela.
Abrazos.
Verónica O.M. 🎄
Abrazos.
Verónica O.M. 🎄
Al parecer, José no andaba por allí, metió la mano por la valla y dejó su comida dentro de la cesta y a un lado. Él la recogería después. No, no se iba a estropear porque la temperatura había bajado mucho.
Y marchó para la casa de doña Manolita y don Federico dispuesta a realizar el trabajo que se le encomendase.
Federico, si la vio llegar y se había escondido detrás de la caseta de las herramientas, no perdió detalle de cada uno de los movimientos de ella.
Aquella hembra lo tenía loco, tan guapa y tan mujer. La imaginó con prendas y calzado lujoso. Bien podría pasar por una reina.
Federico no era consciente de que todo lo que tenía era de Manolita, su mujer. Él solamente sería un pelagatos más y gracias a estar casados le daba el poder de ejercer de patrón y tener unas condiciones de vida que no tenía la mayoría de los que en aquel lugar vivían.
Ahora una pierna, después la otra y el movimiento del trasero lo puso a mil.
Cerró la puerta del cuarto por si venía José y para que no lo pillase in fraganti.... Vosotr@s sabéis.
Verónica O.M.